La agricultura inteligente o agricultura 4.0 parte de un modelo probado en otros países que ha demostrado, a través de la generación de marcos estratégicos, una efectiva optimización de la agroproductividad a corto y mediano plazo.
Parte desde la premisa fundamental de la evaluación sobre el terreno, de manera directa y expedita, que permite dar recomendaciones y/o herramientas al instante, para crear: entornos productivos favorables, salvaguarda de suelos y cultivos, mitigación de riesgos y vulnerabilidad, preparación y respuestas pertinentes y oportunas.
Muchas de las problemáticas subyacentes que existen actualmente también se solventan con la propuesta de solución, ya que se logra: favorecer la asociatividad, generar de cadenas de valor, medios de vida, capacitación y/o formación técnica de acuerdo a las necesidades, potencialidades, y realidades de cada comunidad agrícola, empoderamiento de la mujer en el sector rural, emprendimiento agrario juvenil, entre otras.